Así aprendimos que las enfermedades no las causa una maldición. ¿Cómo se explora el micromundo?

Con un microscopio electrónico de iones de helio se puede incluso cortar moléculas y manipular átomos.

Escribe:  Iván Antezana  – Director de la SSH

Se considera que ciencia es medir, y por ello el gran poder de la ciencia actual reside en la creación paulatina de instrumentos de medición más precisos y confiables.

Inventado en 1590 por el fabricante de anteojos holandés Zaccharias Janssen, el microscopio es muy ilustrativo al respecto. Su posterior perfeccionamiento en 1655 por el inglés Robert Hooke llevó al descubrimiento de las células, que a su vez motivó el rápido desarrollo del microscopio.

Con un microscopio electrónico de transmisión se pueden ver átomos individuales.

El microscopio es el instrumento más popular y eficaz para comunicarnos con el micromundo, el cual rige todo lo que sucede en el universo. Sin microscopios no existirían la medicina moderna, la nanotecnología o el control de calidad avanzado de todo material. Tampoco habríamos descubierto las maravillas de la física moderna o comprobado tantas de sus teorías.

Existe una variedad de métodos para explorar el micromundo. La estereoscopía para ver muestras de mayor tamaño en 3D (insectos), la microscopía de fluorescencia para muestras que sólo se ven al excitarse con luz UV (tuberculosis), la microscopía confocal láser para ver muestras muy pequeñas en 3D (tejidos humanos) o la microscopía electrónica para ver muestras más pequeñas que la onda de luz visible (moléculas), entre decenas de otros métodos.

Todo esto y más en esta edición de La Manzana Prohibida, donde el especialista Javier Pinto, con 40 años de experiencia en microscopía, nos explica cómo funcionan los microscopios y qué variedades existen, cómo se han desarrollado y cuál es su importancia para la ciencia y la tecnología actuales.

Puedes ver aquí la primera parte.

Y aquí está la segunda parte.