Descreídos Viernes, 1 julio 2016

Nacionalismo y el Reino Desunido

Escribe: Helmut Kessel – Presidente la SSH

Nacionalismo y el Reino Desunido

“La especie más baja de orgullo es la vanidad nacional”, decía el filósofo Arthur Schopenhauer. Quizás la principal diferencia entre el patriotismo y el nacionalismo tribal, es que el primero saca lo mejor de nosotros como ciudadanos y el segundo apela a nuestros sentimientos más primitivos e irracionales en contra de otros seres humanos por razones absurdas como la secta religiosa, el idioma o el clan.

Boris Johnson (uno de los líderes del Brexit) y Donald Trump tienen mucho en común.

Boris Johnson (uno de los líderes del Brexit) y Donald Trump tienen mucho en común.

El primer ministro británico David Cameron, es culpable de haber subestimado este sentimiento nacionalista tan presente en Inglaterra, en especial en las provincias fuera de Londres y entre las generaciones mayores quienes aún sueñan con el retorno de la gloria imperial. Haciendo un cálculo político cortoplacista para poder reelegirse, Cameron jugó con fuego y habilitó a las fuerzas nacionalistas con una promesa para un referéndum cuyos resultados han cortado una relación de más de 40 años entre su país y la Unión Europea, y ponen en peligro la propia integridad del Reino Unido. Esto es porque Escocia votó por amplia mayoría para quedarse en la UE mientras que Inglaterra hizo lo contrario, y ahora el sentimiento en Escocia es que fue arrebatada de la UE contra su voluntad por los ingleses, lo que hace que reviva con furia el propio nacionalismo escocés recientemente derrotado.

La votación por el Brexit: Inglaterra y Gales vs. Escocia e Irlanda del Norte

La votación por el Brexit: Inglaterra y Gales vs. Escocia e Irlanda del Norte

Gracias a este error garrafal de cálculo, el gobierno local escocés ya está planteando otro referéndum de independencia a escasos dos años del anterior. Es ahora probable que el nacionalismo escocés triunfe, lo que marcaría el fin del Reino Unido y su hermosa bandera después de más de 300 años de unión, y el paso a la historia de David Cameron como el primer ministro responsable del desmembramiento del reino.

El fin del Union Jack... Sería reemplazada por ese mamarracho

El fin del Union Jack… Sería reemplazada por ese mamarracho.

Al haberle rebotado el resultado en la cara y fracasado en evitar una situación que él mismo propició con su promesa electoral, Cameron ya tiene un lugar junto a Lord North y Neville Chamberlain, gobernantes británicos definidos por sus grandes fracasos y su falta de visión. Y el gran ganador y co-responsable de lo que suceda, el líder de ultra-derecha Nigel Farage no va a estar tan contento si en lugar de revivir la gloria británica se queda sin país y tiene que ver como el Reino Unido se disuelve igual que Yugoslavia, una víctima del más nefasto de los nacionalismos: el religioso sectario.

Quizás lo único positivo es la propuesta en Irlanda del Norte para volverse a unir con Irlanda, potencialmente acabando un siglo de separación por razones puramente sectarias. Llama la atención, que una elección que pone en riesgo existencial al Reino Unido, y cuyas implicancias van mucho más allá de la economía se haya definido por mayoría simple y sin el requerimiento de aprobación en los 4 países constituyentes.

Ya se inició el efecto dominó, y los nacionalistas de otros territorios europeos han comenzado a exigir referéndums similares y medidas aislacionistas, y quienes saben de historia conocen las penurias a las que llevan los nacionalismos europeos cuando se adueñan de las masas.

Y que comience el separatismo...

Y que comience el separatismo…

“Cualquier tarado miserable que no tiene nada en el mundo de lo que pueda sentirse orgulloso, se aferra al último recurso: vanagloriarse de la nación a la que casualmente pertenece”, dijo Schopenhauer en pleno furor nacionalista del siglo XIX. Los seres humanos debemos aspirar a un futuro sin las fronteras ficticias entre nosotros que en tantos casos nos llevan a la xenofobia, la homofobia y los odios religiosos. No esperemos a que, como muestra el mundo ficticio de StarTrek, seamos invadidos por extraterrestres para recién unirnos como seres humanos.

13516672_10154953207907542_1061318692421284096_n