Descreídos Martes, 16 febrero 2016

Drogas: regulación sí, prohibición y guerras fútiles no

Escribe: Víctor García-Belaunde, Director de la SSH

La reciente propuesta de legalización de la marihuana por la candidata Verónika Mendoza ha vuelto a poner sobre el tapete la discusión, pero de un modo aún tibio y poco mediático. Lo concreto es que varios años de discusiones han transcurrido en todo el mundo, y los hechos nos permiten establecer opciones más claras frente al consumo de drogas.

Pero, antes que nada, ¿qué son las drogas?

Son sustancias minerales, vegetales o animales que al ser ingeridas interfieren con el funcionamiento habitual de los animales. Son moléculas específicas, como la cafeína (C8H10N4O2) o el alcohol etílico (C2H6O), que al ingresar al organismo actúan ligándose a los receptores de las células y generan una alteración fisiológica. El tipo de alteración dependerá del tipo específico de droga, y su uso puede tener fines médicos o recreativos. Algunas drogas tienden a estimular y otras a deprimir el sistema nervioso, pero todas las drogas generan tolerancia, síntomas físicos o psicológicos producto de la abstinencia y, en algunos casos, hasta daño permanente.

Muchas drogas son idénticas morfológicamente a las sustancias transmisoras que produce naturalmente el cuerpo, y no es posible diferenciarlas más que por el lugar de producción. De ahí la distinción entre drogas endógenas (producidas y consumidas por el cuerpo del propio usuario), y drogas exógenas (sintetizadas en otra parte, pero ingeridas posteriormente por el usuario). Por ejemplo, el cannabis sintetizado por la planta Cannabis sativa y los endocanabinoides producidos por el cerebro, son sustancias que se ligan a los mismos receptores, los llamados receptores acoplados a proteínas G (GPCR). Esto se debe a que ambas substancias, el cannabis y el endocannabis, tienen la misma morfología: tetrahidrocanabinol (THC) C21H30O2. Actualmente, son los biólogos moleculares los más interesados en determinar el mecanismo por el cual funcionan las drogas y los efectos que generan al ligarse a los receptores. Estos estudios son importantes para el avance de la medicina, pero el estatus de prohibición de muchas «drogas recreativas» suele trabar los esfuerzos de los científicos.

¿Qué se debe hacer frente al problema?

Al menos desde la Gran Prohibición de los años 30 en EUA, una creciente mayoría de estados se ha preocupado por erradicar la comercialización y el consumo de las llamadas «drogas ilegales». A pesar de los esfuerzos coordinados de muchas naciones, la Guerra contra las drogas no ha podido siquiera detener el aumento del consumo en los mismos países en la que se da. El afán por mantener la prohibición absoluta del uso de bienes inelásticos, como lo son las drogas para los usuarios regulares, genera una cadena de violencia y corrupción que se extiende desde la producción hasta la venta: desde los trabajadores explotados en las plantaciones, pasando por policías y funcionarios corruptos, hasta los enfrentamientos entre pandillas, por no mencionar el terrorismo y las guerrillas, usualmente financiados por el narcotráfico. Debido a la naturaleza de los bienes inelásticos, existe una relación directamente proporcional entre el precio de las drogas ilegales en el mercado negro y la cantidad de recursos que invierte el Estado en combatirlas. En otras palabras, la Guerra contra las drogas no se puede ganar. Combatir el narcotráfico es costoso, multiplica la violencia y sólo aumenta las ganancias de los involucrados en el negocio.

«Si se mira la guerra contra las drogas desde un punto de vista puramente económico, el papel del Gobierno es proteger al cartel de drogas». (Milton Friedman, 1912-2006, economista de la llamada «escuela de Chicago» y premio Nobel de Economía en 1976)

«Si se mira la guerra contra las drogas desde un punto de vista puramente económico, el papel del Gobierno es proteger al cartel de drogas». (Milton Friedman, 1912-2006, economista de la llamada «escuela de Chicago» y premio Nobel de Economía en 1976)

En un sistema de regulación de narcóticos se puede cobrar impuestos y desaparecería la violencia ocasionada por el narcotráfico. Pero en un sistema de prohibición, el dinero que se podría captar en impuestos va directamente a financiar criminales: desde pandillas mejor equipadas que la policía, hasta terrorismo internacional.

¿Cómo regular?

Por ello, los actuales regímenes de prohibición no constituyen una alternativa viable, ni hoy ni en los años 30. Tradicionalmente, el dilema moral ha girado en torno a la pregunta: ¿debemos continuar con la prohibición o permitir la venta libre? Sin embargo, ante el evidente fracaso de los sistemas de prohibición, la pregunta más relevante es otra: ¿cuál es la mejor manera de regular el mercado de las drogas para reducir el daño causado por su consumo? En un sistema de regulación estricta de todas las drogas, se minimizan la violencia y la corrupción asociadas al comercio ilegal. La dinamita, la morfina, las granadas de guerra, los ácidos corrosivos o el plutonio son todos legales, pero se expenden bajo estrictísimos sistemas de regulación para que no lo pueda comprar cualquiera, sean de difícil acceso y esté prohibida su publicidad. No existe razón alguna para que una droga como la marihuana no pueda legalizarse bajo un régimen estricto de regulación también, en especial cuando está evidenciado que tiene propiedades medicinales.

Las cifras de Colorado han entusiasmado a los propulsores de la legalización en todo el país. Sin embargo, el mismo tratamiento legal de ese estado sólo lo comparten Washington y Arkansas. Otros 23 estados han legalizado la marihuana sólo con fines medicinales. Fuente: http://www.thecannabist.co/2016/02/09/colorado-marijuana-sales-2015-reach-996-million/47886/

Las cifras de Colorado han entusiasmado a los propulsores de la legalización en todo el país. Sin embargo, el mismo tratamiento legal de ese estado sólo lo comparten Washington y Oregon. Otros 23 estados han legalizado la marihuana sólo con fines medicinales.
Fuente: http://www.thecannabist.co/2016/02/09/colorado-marijuana-sales-2015-reach-996-million/47886/

Dado que la prohibición no funciona, una mejor alternativa al problema de las drogas es un sistema de regulación estricta, donde los expertos y responsables por la prescripción sean los médicos y no los dealers, usualmente interesados en sus bolsillos antes que en el bienestar de sus clientes. El médico es el experto llamado a prescribir la droga a los usuarios, y quien podría recomendar ayuda psicológica y otros métodos para superar la adicción.

El caso de la marihuana es quizás el más emblemático, pues desde hace varios años se encuentra legalizado su consumo, tanto para fines recreativos como medicinales, en diversas ciudades y países del mundo. El 1 de enero de 2014, el estado de Colorado, EUA, inició la venta regulada de marihuana con ambos fines. Durante el año pasado, a pesar de la caída del precio en casi la cuarta parte por efecto de oferta y demanda, las ventas globales estuvieron muy cerca de los mil millones de dólares (frente a los 700 millones del año anterior). Estas cifras implican que la recaudación tributaria superó los US$ 135 millones, de los cuales más de US$ 35 millones provienen de un impuesto especial del 15% a las transferencias mayoristas y se dirigen directamente al presupuesto educativo (construcción y mantenimiento de colegios). En Colorado tienen otras dos categorías impositivas: 2,9% de impuesto general a las ventas recreativas y una tasa especial del 10%. Gracias a ese esquema, la opción reguladora ha probado ser altamente exitosa, dado que además ha implicado el ahorro de millones de dólares en el presupuesto de la Guerra contra las drogas y el mantenimiento de los encarcelados por el consumo de la hierba. Los montos recaudados, además, se acercan al doble de lo conseguido con los impuestos al alcohol, legal desde hace mucho tiempo y causante aún de muchos problemas, enfermedades y muertes.

Lo que hace único al caso de Uruguay es que la ley establece al propio Estado como el encargado de la producción y la distribución. El gobierno actual está preocupado por algunos cuestionamientos de la ONU, y ha anunciado una revisión de la aplicación de la ley, aunque la hierba estará disponible en farmacias. Fuente: http://www.elheraldodesaltillo.mx/2015/10/02/farmacias-uruguayas-ofreceran-marihuana-en-2016/

Lo que hace único al caso de Uruguay es que la ley establece al propio Estado como el encargado de la producción y la distribución. El gobierno actual está preocupado por algunos cuestionamientos de la ONU, y ha anunciado una revisión de la aplicación de la ley, aunque la hierba estará disponible en farmacias.
Fuente: http://www.elheraldodesaltillo.mx/2015/10/02/farmacias-uruguayas-ofreceran-marihuana-en-2016/

¿Se puede aplicar acá?

Pero no es sólo una fantasía para los gringos o el mundo desarrollado: casos exitosos de regulación existen también en Latinoamérica, como el de Uruguay, que en diciembre de 2013 legalizó la marihuana a través de una ley que autoriza al Gobierno como productor, distribuidor y vendedor de cannabis. El año pasado, la Junta Nacional de Drogas de ese país realizó un estudio y concluyó que el aumento de 1% en el consumo de cannabis durante 2014 se ajustaba a las tendencias históricas del consumo, y por lo tanto la legalización no había incidido en la pauta. En octubre de 2014, Chile se convirtió en el primer país de la región en permitir su cultivo con fines terapéuticos y a la fecha posee en el pueblo de Colbún el mayor campo de cultivo de marihuana de Latinoamérica, si bien sigue la batalla por la despenalización. Una iniciativa legal similar a la uruguaya tomó el Tribunal Supremo de México el 28 de octubre del año pasado, y en diciembre el presidente de Colombia firmó un decreto sobre su regularización para fines medicinales y terapéuticos. Mientras tanto, en el Perú, la situación es contradictoria y repleta de desinformación. El código penal (artículo 299) permite la posesión de hasta 8 gramos de marihuana y 2 gramos de sus derivados para consumo personal, pero no se permite ni la venta ni el cultivo.

A la luz de los hechos, la prohibición, más que mantener alejada la droga de los niños y jóvenes, la hace más alcanzable a través del mercado negro, al cual es muy fácil acceder. La legalización y estricta regulación, no la prohibición, es la manera más eficiente de mantener las drogas alejadas de los niños.